Iztaccíhuatl

Mujer blanca

Altitud: 5230 m/nm
Ubicación: φ 19° 10´ 39.6” – λ 98° 38´ 29.1” (cima)
Arqueología: 32 sitios registrados
Entidad: México y Puebla
Decreto: 8 de nov. de 1935, parque nacional
Superficie: 25679 hectáreas con el Popocatépetl

Iztaccíhuatl, iztac, cosa blanca; y cihuatl, mujer: Mujer blanca, en otras crónicas también aparece como Iztaccihuatltepetl, o simplemente como monte blanco: Iztactepetl, al menos así se representa en el Códice Vindobonense y se menciona en algunas citas españolas del siglo XVI. El volcán Iztaccíhuatl está situado 64 Km al sur-este de la Ciudad de México, es la sexta elevación en Norteamérica por lo que a altitud se refiere, y tercera cumbre de México. Consiste en un edificio volcánico alargado de 15 Km de longitud. El parecido de su perfil con una mujer recostada ha facilitado la designación de sus cúspides más altas: la Cabeza (5,146 m) al norte; el Pecho (5,230 m); y los Pies (4,703 m) al sur. Hay siete picos más bajos a lo largo de la sierra dentada entre el Pecho y los Pies, estas crestas son denominadas con los nombres de eminentes científicos que exploraron la montaña en la última mitad del siglo XIX.

Geología

El volcán la Iztaccíhuatl es un edificio volcánico poligénetico tan antiguo que podemos remontar su origen al Terciario medio. Es contemporáneo al surgimiento del mismo Eje Volcánico Transversal hace más de 30 millones de años. Etapas más recientes se distinguen con 1.7 millones de años de antigüedad que corresponden a la formación del Amacuilecatl o Los Pies. A éste le siguen cuatro aparatos eruptivos cónicos a la mitad del Pleistoceno con 800 mil años: dos en las Rodillas, uno en El Pecho y el restante en La Cabeza, que de todo el edificio es la formación más reciente. La erosión a través de los años ha borrado la forma cónica de cada aparto eruptivo. Para el siglo xix un evento esporádico, remanente de su actividad volcánica llamó la atención de los pobladores de Puebla con la exhalación de gases.

La volcana Iztaccíhuatl, ladera suroeste.

La volcana Iztaccíhuatl, ladera suroeste.

Arqueología

En el capítulo XVII, tomo I, de la Historia de las Indias de la Nueva España de fray Diego Durán nos recreamos con una puntual descripción que hace de la Iztaccíhuatl como montaña sagrada de los antiguos mexicanos:

Capítulo XVII

En que se cuenta la relación de la diosa Iztac Cihuatl, que quiere decir la “Mujer Blanca”

1. La fiesta de la diosa que esta ciega gente celebraba en nombre de Iztac Cihuatl, que quiere decir “Mujer Blanca”, era la Sierra Nevada, a la cual demás de tenerla por diosa y adorarla por tal, con su poca capacidad y mucha rudeza y ceguedad y brutal ignorancia, teníanle en las ciudades sus templos y ermitas, muy adornadas y reverenciadas, donde tenían la estatua de esta diosa. Y no solamente en los templos, pero en una cueva que en la mesma Sierra había.

2. Estaba muy adornada y reverenciada, con no menos reverencia que en la ciudad, donde acudían con ofrendas y sacrificios muy de ordinario, teniendo junto a sí, en aquella cueva, mucha cantidad de idolillos, que eran los que representaban los nombres de los cerros que la Sierra tenía a la redonda, como contamos del ídolo llamado Tláloc, a la cual fiesta basta remitirnos, a causa de que la mesma solemnidad, a la letra, que se hacía al cerro que allí dijimos, la mesma puntualmente se hacía acá en la Sierra Nevada.

3. Salvo, diré que en la ciudad de México tenían a esta diosa de palo, vestida de azul, y en la cabeza, una tiara de papel blanco, pintado de negro. Tenía atrás una medalla de plata, de la cual salían unas plumas blancas y negras; de esta medalla salían muchas tiras de papel, pintadas de negro, que le caían a las espaldas. Esta estatua tenía un rostro de moza, con una cabellera de hombre, cercenada por la frente y por junto a los hombros. Tenía siempre puesta su color en los carrillos. Estaba puesta encima de un altar, como los demás, dentro en una pieza pequeña, aderezada de mantas galanas y otros ricos aderezos. A la cual servían las dignidades del templo, con las cerimonias acostumbradas de día y de noche, con tanto cuidado y orden, como a los más principales dioses.

La diosa Iztaccíhuatl según el Códice Durán, lám. 26.

La diosa Iztaccíhuatl según el Códice Durán, lám. 26.

5. Pero tratando de esta en particular de que voy tratando, es de saber que el mesmo día de la fiesta de esta diosa vestían una india, esclava y purificada en nombre de este ídolo, toda de verde, con una corona o tiara en la cabeza, blanca, con unas pintas negras, para denotar que la Sierra Nevada está toda verde, con las arboledas y la coronilla y cumbre, toda blanca de nieve.

6. A esta india mataban en México delante de la imagen del ídolo, y a la Sierra Nevada llevaban dos niños pequeños y dos niñas, metidos en unos pabellones hechos de mantas ricas y, a ellos, muy vestidos y galanos, a los cuales sacrificaban en la mesma Sierra, en el segundo lugar donde la tenían. Juntamente llevaban todos los señores y principales otro presente de coronas de pluma y camisas de mujer y enaguas y joyas y piedras ricas y de mucha comida, sin hacer diferencia de lo que del cerro Tláloc dejo dicho, poniéndoles las guardas al presente que acullá ponían, a causa de que no les hurtasen toda aquella riqueza, hasta que sin provecho las dejaban podridas con las aguas y humedad.

7. Estaban en lo áspero de esta Sierra dos días metidos haciendo las cerimonias a esta diosa con grandes plegarias y sacrificios, ayunando todos aquel día principal un ayuno muy guardado y riguroso. Es cosa de notar qué (cantidad) de ayunos tenía esta gente en su ley vieja, todos de precepto y tan rigurosos, que no había dispensación, ni aun con los enfermos ni niños.

10. ... Con lo cual doy fin a la fiesta de Iztac Cihuatl, que es la Sierra Nevada, remitiéndome a la de Tláloc en la celebración.

Distribución de los sitios arqueológicos de la Iztaccíhuatl (Montero, 2009) Distribución de los sitios arqueológicos de la Iztaccíhuatl (Montero, 2009)

Distribución de los sitios arqueológicos de la Iztaccíhuatl (Montero, 2009).

Los testimonios del siglo XVI se confirman con la localización que hemos hecho a la fecha de sitios arqueológicos en la montaña. Uno de ellos, el de la cima, es el más alto localizado en la América septentrional, se trata del sitio El Pecho (IZ-01 a 5,220 m/nm) El sitio IZ-01, cuestiona la capacidad de respuesta de una arqueología especializada en alta montaña, capaz de elaborar trabajos de prospección, topografía y excavación bajo extremos climáticos del rango de -25° C y físicos por parte de los investigadores que les permita trabajar en tal altitud por períodos prolongados. Además de superar niveles altitudinales con el lógico acarreo del material de investigación. En 1983, durante una permanencia deportiva en la cima un grupo de montañistas descubrieron casualmente artefactos cerámicos, instrumentos musicales de madera y rituales como rayos de Tláloc, fragmentos de obsidiana, púas de maguey para sangrado ceremonial, carrizos atados con hilos y huesos. Todos los materiales corresponden al período Posclásico (1350 - 1521 d. C.). Estos elementos arqueológicos fueron detectados 20 m por debajo de la cima sur del Pecho, al parecer fueron depositados en la cumbre y la acción de acarreo los deposito por debajo, no se denotaron más elementos pues densas capas de hielo pertenecientes a glaciares cubren parcialmente la zona. En mayo de 1998, en una nueva prospección del sitio logramos recuperar cetros ceremoniales de madera y fragmentos cerámicos Negro/Rojo Texcoco, cerámica Policroma de Cholula y Azteca IV propios del Posclásico y provenientes de la cuenca de México y sus alrededores.

Ascenso por la Arista del Sol

Ascenso por la Arista del Sol, superando el glaciar Centro-oriental rumbo a la cima sur
(extremo superior derecho) en donde se encontraron materiales arqueológicos.

La Iztaccíhuatl, es la alta montaña en Mesoamérica con más estructuras rectangulares, a las cuales denominamos tetzacualco. Los tetzacualco de la Iztaccíhuatl en orden altimétrico son: El Caracol (IZ-02), El Solitario (IZ-04), y Nahualac (IZ-05). Las estructuras de Nahualac (IZ-05) y El Caracol (IZ-02) nos siguen pareciendo rústicos recintos, pero analizando detenidamente su emplazamiento se hace indiscutible la complejidad intelectual lograda por los sacerdotes-astrónomos toltecas en su capacidad de observación del cosmos, porque ambos sitios están alineados a la salida del Sol durante el equinoccio con la cima sur de la Iztaccíhuatl, justamente donde hemos registrado el sitio arqueológico de El Pecho (IZ-01). Es admirable que los sitios de Nahualac (IZ-05) y El Caracol (IZ-02) separados por más de 2 Km y con una diferencia altitudinal de 560m coincidan, pues estando el observador dirigiendo su visual contenida en un plano vertical, que a su vez contiene al eje del altar, ambos observadores, como ya se ha dicho, ven aparecer el Sol sobre el mismo corte de la montaña para el mismo día equinoccial. El tetzacualco substituye la arquitectura sobrenatural y primigenia por una arquitectura cultural astronómica en una demarcación del espacio que por medio de sus muros marcaba un límite con un destino estricto, que correspondía a las diversas funciones de la célula ritual. Desde estos emplazamientos arquitectónicos se marcaba un eje, era el axis mundi que aseguraba a partir de la observación astronómica una cronología del ritual destacando el manejo ortogonal al orto solar del este-oeste en relación con la senda del Sol.

Representación idílica del adoratorio o tetzacualco de Nahualac

Representación idílica del adoratorio o tetzacualco de Nahualac. Alfredo Zalce, El santuario de los volcanes, 1964, encáustica sobre madera, 150 x 425.5 x 11.8 cm. MNA-INAH).

Los tetzacualco son estructuras burdas con acceso al oeste, sus dimensiones oscilan en rectángulos desde 6 x 10 m hasta 10 x 12 m, con muros de altura irregular por el deterioro y la erosión. En el momento de apogeo estos muros alcanzaron posiblemente un metro de altura. El material de construcción son rocas medianamente trabajadas de origen local y sin ningún consolidante, lo cual implica un proceso de trabajo poco especializado. Pero no menos arduo considerando la labor sobre los 4,000 m de altura y con el desplazamiento de 70 toneladas de roca volcánica para la ejecución de cada sitio en promedio.

Un tetzacualco, o adoratorio rectangular de montaña

Un tetzacualco, o adoratorio rectangular de montaña, de 1000 años de antigüedad
al interior de un estanque en Nahualac (IZ-05) para 1986.

El sitio de Nahualac se localiza en la misma ladera occidental de la montaña a 3,820 m/nm. Los primeros trabajos arqueológicos fueron efectuados en 1887 por el francés D. Charnay obteniendo gran cantidad de vasijas rituales, posteriormente en la década de 1950, Lorenzo describe el sitio y lo asocia al período Tolteca (900 - 1350 d. C.). El sitio consta de dos lugares: una planicie donde se enterraban ofrendas y el estanque, al interior del cual se localiza una estructura similar a las de los sitios El Solitario y El Caracol, formada por un rectángulo de 10.50 por 6.00 m, alrededor de la cual se agrupan pequeños cúmulos de rocas denominados mojoneras, al parecer se trata de simbolizar la cuenca de México con sus principales montañas y lagos.

Objetos rituales de la cultura tolteca

Objetos rituales de la cultura tolteca obtenidos por Charnay del sitio Nahualac durante el siglo XIX (MNA-INAH).

De las excavaciones realizadas para el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México en Nahualac por Montero e Iwaniszewsky en 1986, se ha obtenido la más rica colección cerámica contemporánea de la alta montaña mexicana. Entre los objetos destaca una vasija zoomorfa de color negro bruñido con la efigie de un tlacuache Didelphis marsupialis; pequeñas ollas y vasijas trípodes; un plato de superficie bruñida en color crema con dibujos en forma de “S” invertida; otro plato llama la atención por su decoración de pintura en el fondo que consiste en una figura geométrica que recuerda un caracol marino y refuerza la propuesta de culto acuático. Por último la pieza más significativa de esas excavaciones, un pequeño jarro con la efigie de Tlaloc que aún conserva el pigmento original azul y blanco: los colores de la lluvia. Actualmente esta pieza se exhibe en la sala Tolteca del Museo Nacional de Antropología.

Jarro con la efigie de Tláloc

Ofrenda 5: Jarro con la efigie de Tláloc, cultura Tolteca, sitio Nahualac, ladera poniente de la Iztaccíhuatl.
Dimensiones: 9.3 por 8 cm. Pieza núm. 12.

En otro contexto antropológico tenemos los sitios adosados a cuevas, en el Iztaccíhuatl hay muchos, destacan cuatro: la Cueva de Alcalica(n) o de los Brujos (IZ-11), la Cueva de Caluca (IZ-08), la Cueva de Amalacaxo (IZ-09), y la Cueva de Huehuexotla (IZ-10). En la Cueva de los Brujos a 3,200 m/nm no sólo se observan vestigios de rituales prehispánicos sino también contemporáneos relacionados a ceremonias propiciatorias de la lluvia. La Cueva de los Brujos es un escondido abrigo rocoso sobre la cañada de Alcalican, está compuesta por una gran cruz al pie de la cual se detectan múltiples ofrendas de cerámica, flores de papel y comida. En su extremo oriental más de treinta pequeñas cruces conforman otra galería. Los rituales son efectuados por los “graniceros”, personas que han sido tocadas por un rayo, al sobrevivir al impacto se considera adquieren poderes sobrenaturales que les permite tener control sobre el clima, especialmente como reguladores entre granizadas, heladas y lluvias, ya sean por su exceso o falta. Además, se les atribuye poderes curativos y artes maléficas, de estas últimas ellos mismos dicen desconocerlas, ya que su poder proviene del bien, de Dios, sincretismo entre el catolicismo y conceptos prehispánicos. La actividad de los graniceros demuestra como las culturas subalternas responden a los procedimientos de la sociedad industrializada. Es un elemento de resistencia que tiende a desaparecer bajo el actual proceso de proletarización del campesinado.

La Cueva de Alcalica(n) o de los Brujos

La Cueva de Alcalica(n) o de los Brujos.

Sin duda alguna, la Iztaccíhuatl, es una de las montañas con más riqueza arqueológica de México, al momento contamos con 35 sitios de culto, algunos antiguos y abandonados, y otros que continúan en uso. Seguimos recorriendo la montaña, y cada año se agregan nuevos registros, en un principio escribíamos sobre sitios arqueológicos aislados en la montaña, hoy parece que bien podemos afirmar que toda la montaña es un solo sitio arqueológico.

Algunos de los sitios arqueológicos de la ladera oeste de la Iztaccíhuatl para 2001.

Algunos de los sitios arqueológicos de la ladera oeste de la Iztaccíhuatl para 2001.

En los últimos años destacan diferentes hallazgos, para la ladera este, que corresponde al estado de Puebla, y que es la menos explorada, en el año de 2002 con la ayuda de vecinos de San Andrés Hueyacatitla pudimos registrar dos sitios: El Huehuetl (IZ -13) a 4020 m/nm, y La Ventana (IZ-14) a 4120 m/nm, para ambos solo reportamos concentraciones de cerámica y lítica. Una pieza excepcional fue encontrada recientemente (2003) por trabajadores del Parque Nacional Izta-Popo, cuando realizando trabajos de mantenimiento ambiental encontraron enterrada en la ladera suroeste a 3900 m/nm esta impresionante vasija con efigie de Tláloc que suponemos asociada a la cultura Tolteca para el período Posclásico temprano.

Vasija efigie de Tláloc

Vasija efigie de Tláloc, corresponde a la cultura tolteca, encontrada el 3 de mayo de 2003
en la ladera suroeste de la Iztaccíhuatl a 3900 m/nm.